lunes, 22 de octubre de 2007

Crónica 1/2 IM TITÁN

½ IRONMAN TITÁN SIERRA DE CÁDIZ 2007


Esta es sin duda una de esas carreras en la que realmente sientes lo que es triatlón, donde te unes en plena conexión a lo que esta palabra significa, en armonía, percibiendo toda clase de sensaciones en cada segmento. Con una preciosa natación en el embalse de Zahara, un duro pero espectacular recorrido en bicicleta que tiene de todo, con dos puertos inolvidables y una carrera a pie donde la dureza de la subida al pueblo de Zahara con las piernas ya castigadas quedará reflejada en tu cabeza e irá acorde con el orgullo y la satisfacción de haber cruzado la meta en este bonito pueblo.

La organización excelente, cuidando todo tipo de detalles, dándote alojamiento, buena cena y sus pasteles de postre, dorsal con tu nombre, una camiseta genial y bolsa con regalos, avituallamientos perfectos con bebida fría, piraguas, speaker animando al personal, fotógrafo de la prueba, meta con un gran ambiente en la plaza del pueblo, diploma de finisher, masajistas profesionales, sorteo de material en meta, voluntarios siempre atentos y un grandísimo trato personal al triatleta.

Llego con dudas sobre mi estado de forma y si aguantaré bien y sin decaer, ya que la preparación para esto ha sido de una semana y media tras el campeonato de España que acabé muy cansado. Dos días de descanso y manos a la obra, unos cuantos entrenos largos con el duatlón de Punta Umbría en medio, descanso de dos días y que sea lo que tenga que ser porque las sensaciones no me daban ninguna confianza.

El viernes, una tarde familiar y a gusto en el albergue, echados en el césped sobre las mantas, escuchando la reunión técnica y un par de charlas sobre entrenamiento y lesiones para después cenar allí mismo riendo y contando experiencias.

El sábado, la aventura. Un día espléndido, temperatura perfecta, apenas viento, neopreno, pero sin frío. En boxes, un ambiente distendido, con algunas risas y colocando todo con tranquilidad.

La salida desde el agua y dos vueltas a un triángulo. Unas brazadas fuertes para situarme en cabeza y enseguida cojo un ritmo a gusto. Aunque mis sensaciones no son buenas, poco a poco me voy distanciando de los demás. Disfruto del paisaje, viendo Zahara, la grandeza del embalse, la gente observando la prueba y de la sensación de nadar en aguas tranquilas. Un fallo en la orientación buscando el saliente para la salida del agua me hace hacer algunos metros de más pero trato de no darle importancia y continuar camino de boxes olvidándome de ello. La gente anima, voy tranquilo y comparto algunas risas con ellos mientras hago mi transición.

Empieza la bici, por la presa voy tranquilo y con plato pequeño, tratando de encontrar la pedalada y sensaciones poco a poco y sabiendo que enseguida comienza el puerto de Las Palom
as. Comienzo la ascensión, ¡parece que me encuentro bien!

Miro el cuentakilómetros pensando que son 14km y el pulso dejo que vaya subiendo a gusto, manteniendo una buena cadencia y sin atrancarme nunca, si tengo que subir todos lo piñones, los subo sin preocuparme de otra cosa que mantener el pedaleo correcto.

Miro hacia arriba viendo donde acaba tal sucesión de curvas, el puerto es imponente pero también quizás la ascensión más bonita que haya hecho. Hay zonas que el pulso sube, la pendiente sube y empiezo a notar dolor en las piernas, más del que yo quisiera en estos momentos, me preocupo un poco aunque decido apretar un poquito los dientes, pensando que luego hay bajada para recuperar. Aquí la vista es magnífica y por encima de las curvas veo a mis perseguidores, creo que van lejos y sigo a lo mío. Al coronar esta el avituallamiento, un aquarius fresquito que me bebo la mitad y un gel antes de la bajada. Suelto un poco de piernas, estiro y enseguida me concentro en hacer un buen descenso, tratando de recuperar lo máximo posible pero a la vez manteniendo una buena posición.

Tras el descenso, terreno muy variado con constantes desniveles, a veces repechos un poco más largos, pero también algunas bajadas en las que recuperar metiendo cadencia sin forzar mucho y tratando de no perder la aerodinámica para no perder tampoco velocidad. Siento un poco de hambre y pienso que es el momento de comer media barrita “recia” e hidratarme bien ahora que el pulso es medio bajo y lo asimilaré mejor.

El policía de la moto siempre me dice que los de atrás van lejos, pero yo me pregunto cuanto de lejos, bueno, ahora casi prefiero no saberlo, así mantengo la ilusión.

Uf! Hay algún repecho importante…y también bajadas sin dar pedales jugando a conseguir la máxima velocidad…y un enjambre de pequeños mosquitos que me trago entero!

Tramos acoplado…manteniendo un pulso medio, siempre a gusto y pensando en “economía y eficiencia”. Disfruto mucho y me recreo con el terreno. Sigo bebiendo, la otra media barrita…cojo otro gel para la despensa…

Y comienzo del segundo puerto de verdad, El Boyar, unos 20km supuestamente más tendidos que el otro. En una de las curvas veo a Álvaro Velázquez un poco más abajo, tan lejos no va… Subo los primeros kilómetros y no me encuentro demasiado bien de piernas y en una pequeña bajada decido sin pensarlo estirar todo lo que pueda y pedalear suave y bajar el pulso. Respiro, me animo y a por ello. Durante la subida alterno tramos de buenas sensaciones y tramos malos, ¿quién dijo que era más tendido?

Concentración, cadencia y buena pedalada, es normal que duela… Un gel por si acaso y ritmo continuo sin dejarme, adecuando mi pulso a la pendiente.

Mis botes se van acabando. Bebo pero empiezo a notar cierta sed igualmente y eso no me gusta. Miro el cuentakilómetros, ya no queda tanto y me bebo todo lo que queda en mis botes. Me encuentro mejor ahora y ya estoy llegando arriba, cojo un aquarius que echo en uno de los botes, dos geles y un botellín de agua que cae entero junto con un gel. La gente me anima mucho y acabo con ganas el último kilómetro.

Primer tramo de bajada recuperando y asimilando lo bebido. ¡Ojo! ¡Que te pasas en la curva! Pequeño susto y concentración de nuevo, ¡piensa cada trazada correctamente y ahora disfruta! El policía de la moto me dice que van a unos 2´30 por detrás y me grita: “¡vamos tío, que monstruo eres!”, vaya… poca ventaja es!, Álvaro corre, y mucho!

Comienza el puerto de “Las Palomitas”, pienso que este es corto, unos 3 ó 4km y luego todo bajada pero empiezo a notar que la pendiente es dura y mis piernas lo notan. Me doy cuenta de que lo he empezado moviendo desarrollo con demasiadas ganas después de la bajada. Subo todos lo piñones pero me sigo atrancando y los cuadriceps me duelen aún más. El hecho de quedarme clavado no me sabe nada bien y comienzan mis dudas, éste se me hace largo y solo me queda pensar que acabar bajando me hará recuperar algo de nuevo. Llego arriba con bastante dolor de piernas, me tomo un gel, bebo, estiro, pedaleo tranquilo mientras bajo un poco y decido ir a tope en la bajada, sin contemplaciones, aunque el asfalto sea malo, con bastantes baches y desagradable, total, después de los adoquines de Úbeda… Trato de dar cadencia sin atrancarme para no cargar demasiado y salir bien de las curvas así como apoyarme todo lo que puedo en los brazos para aliviar peso a las piernas por la tensión de los baches en la medida de lo posible.

Me duele la espalda de ir agachado tanto tiempo y los brazos casi no me aguantan frenando, mientras sean los brazos…que sufran lo que haga falta.

Termino la bajada y el tramo hasta boxes por la presa pedaleo muy a medio gas porque no me noto con ganas, bajando el pulso de nuevo y estirando en la medida de lo posible, me queman las piernas.

La transición me alivia bastante, Patri me dice que Álvaro está a seis minutos y me da una buena alegría, pero aún así le digo que ya veremos si son suficientes.
Empiezo la carrera bastante tranquilo, dejando que sea mi cuerpo quien decida aligerar y aprovechando una bajada para asimilar el agua, aquarius y gel que había cogido en el avituallamiento. Poco a poco el pulso comienza a ponerse en su sitio con las primeras subidas hacia A
lgodonales sin poder hacer nada por evitarlo.

Me pregunto si aguantaré a este pulso toda la carrera y trato de acomodarme como sea a las circunstancias del terreno, recuperando en las bajadas y pensando siempre que todavía podría aumentar el ritmo si quisiera.

El giro en Algodonales me sirve para tomar la primera referencia y veo que Álvaro me ha recortado en torno a 1´30. No es tanto, no me preocupo mucho y sigo a lo mío. No dejo de beber agua y aquarius y echarme agua por encima en cada avituallamiento, además de tomarme un gel cada cierto tiempo, intentado coincidirlo antes del avituallamiento para beber justo después.

Patri pasa de vez en cuando con la bici, animando y diciéndome referencias con respecto a Álvaro, sin duda una gran ayuda. Venga, es llegar a la presa y luego echarle un buen par hasta subir a Zahara.

La vuelta de Algodonales se agradece, tiene repechos pero es más bajada, hasta la subida antes de la presa, ésta si que hace estragos. Y una vez en la presa, veo Zahara y sus curvas en subida para llegar a ella mientras bajo el ritmo en ese tramo llano, tratando de recuperar algo, pensando si podré llegar allí sin que venga el bajón.

Le digo a Patri que ahora si que duele, que voy bien pero mal muscularmente.

Poco a poco la carretera se endurece, el pulso sube, el dolor aumenta, dan ganas de andar pero me mantengo cabezota, son los últimos kilómetros, ¿quedarán 15´? Puedo con ello. Empiezo a sentir que la carrera ya no se me va, esto ya es mío!! Y aún así, ¿por qué no me relajo? Eso es imposible porque me emociono con lo que estoy haciendo, es duro, pero cuanto más duro mayor satisfacción.

Entro en el pueblo, las cuestas son peores, una curva, ando 3 o 4 metros, venga!! Queda muy poco!! La gente esta ahí, animando por todos lados!! La meta esta ahí!! La piel de gallina e incluso tengo fuerzas para dar un salto!! Veo 5h03´ en el panel… Estoy bien…feliz…solo me duelen un poco las patas

Más que la victoria me queda la satisfacción de haber cruzado la meta de este increíble triatlón, ¿quizás por su belleza? ¿quizás por su dureza? En cualquier caso, ser un nuevo TITÁN siempre será motivo de orgullo.


Gracias a todos los que me animaron, tanto desde fuera como desde dentro del triatlón al cruzarme corriendo, ¡esos ánimo me daban alas!, y gracias a la organización por hacer un triatlón tan especial.


Iván Tejero Vázquez


No hay comentarios: