viernes, 31 de octubre de 2014

CRÓNICA FULL ICAN GANDÍA


LÍMITES: Pasión y límites, ir a tope, darlo todo y por otra parte saber cuando mantener el ritmo, incluso cuando descansar. Conocer tus límites sin ponerte límites.
¿Hasta dónde puedes llegar antes de que no puedas más?
¿Cuánto puedes arriesgar sin desfallecer?
Conoce lo que puedes hacer y hazlo tan bien cómo puedas, pero también conoce lo que no puedes hacer, entonces muévete y saca lo mejor de ti”

Mi última reflexión clavó exactamente el resumen de carrera de este Ironman. No he entrenado cómo ni cuánto quise pero por otro lado, en él pude sacar todo lo acumulado, el trabajo y los traspiés que tanto dolieron en estos 3 años sobre esta distancia así como lo mejor de mi en este día.
Cumplir un objetivo por el que tanto peleaste es una de las cosas que más llenan en la vida, así que, 
¿A qué estás esperando para preparar tu próxima meta? Yo ya estoy manos a la obra...

Uno de los peores momentos, gracias Jaime Menéndez

Ciertamente este verano ha sido duro de verdad, trabajando con calor las tardes de piscina, entrenando con más calor, con malas sensaciones, pájaras y supervivencia en algunos entrenos por el querer y “no poder” o “no deber”, resultados mediocres en competiciones... solo los entrenamientos en Sierra Nevada y el apoyo de los que estuvisteis compartiendo aquellos días de fin de semana, al menos, mantenían mi forma por lo menos con esperanza... Un verano en el que hubo un día que casi tiro la toalla...derretido y desfallecido por el bochorno, la impotencia y el cansancio, pero allí estuvo Patri para avisarme que no tenía que ser así...y por supuesto mi madre que no ha parado en todo el verano de tratar de buscar solución y estar ahí. Gracias de nuevo.

En este viaje salieron bastantes cosas torcidas, como la avería del coche en viaje de ida, el tubular de Patri pinchado por la noche con el consiguiente estrés por la mañana, mi pulsómetro se estropeó... pero si así ha sido para que saliera la carrera que salió, lo firmo de nuevo.
Por otro lado la inestimable compañía de Bea, la hermana de Patri, y su pareja Gonzalo, hicieron que todo fuera más fácil y fueron un apoyo cercano que creo importantísimo en este tipo de pruebas. Gracias de nuevo.

El día, aún sin amanecer, comenzaba con un mensaje de la organización avisando que el tubular de una de las ruedas de Patri estaba pinchado, tocaba ponerse las pilas y estar al loro desde primera hora. Por suerte el servicio de mecánicos con el que contaba la prueba en boxes solucionaron el problema y ya solo tocaba concentrarse en lo que había por delante.


Para empezar un amanecer espectacular desde la playa de salida nos daba la bienvenida mientras esperábamos la hora del comienzo enfundados en nuestros neoprenos.


El mar es casi un plato, 3800m a una vuelta con entrada por el puerto nos esperaban como aperitivo. 
La salida es bastante limpia hacia mar abierto. Salgo fuerte pero no a sprint, dejo hacer...Paquillo Fernández y Potrebitsch abren camino y ponen ritmo, a sus pies voy yo con el portugués Estrangeiro. Sensaciones malas y forzando sin avanzar como me gusta en los comienzos, 10-15´ en los que incómodo solo quiero que termine el agua... 
Estrangeiro noto que va sucumbiendo al ritmo y se va despegando, esto no pinta bien y decido apretar los dientes para volver a enganchar cabeza. Le paso y tras “acomodarme” durante unos minutos las sensaciones aparecen y de ahí hasta el final el control de todo es mio y disfruto.
Sigo a pies, pero al poco de salir mis acompañantes se confunden en una boya y su pequeña rectificación hace que yo salga primero del agua. 49 minutos, uno y medio de transición y estamos sobre la bici para hacer 180km a tres vueltas de 30km de ida y 30km de vuelta.


Paquillo hace una transición muy buena y sale en cabeza sobre las dos ruedas, Potrebitsch unos segundos tras de mi que enseguida me los coge y se lanza directo a romper los pedales. Veo como pasa a Paquillo con facilidad y se marcha en la lejanía... El pulsómetro/gps no arranca...solo me quedan esas sensaciones más que entrenadas porque esta vez no tendré “la chuleta”... solo mi reloj de mano y las vueltas.
Marco el ritmo por detrás de Paquillo estos primeros kilómetros en los que voy como frío, las piernas queman y el pulso noto que va bajo. Trato de ponerme a ritmos establecidos entrenados, a sensaciones... y acabo colocándome en segunda posición con Paquillo cogiendo mi ritmo a distancia.

Bebo buches muy pequeños y no como aún mucho, ligeros bocaditos más de sólido, es lo que me apetece, dejo asentar el estómago hasta notar ese puntito, pero muy ligero, de hambre.
Sensaciones de dolor de piernas, quemazón constante...mi cabeza da vueltas a la situación, solo queda seguir y pensar que de pulso voy en mi sitio o por debajo.

Al dar el primer giro bien medido (que así me dijeron) veo que de tiempo/ritmo voy en mi onda así que tranquilo y a seguir. El viento es flojo por ahora.
De vuelta torpeo en una rotonda y al rectificar me pasa Paquillo y empieza a tirar el.
Le mantengo la distancia aunque noto como aprieta, o eso creo, pero las sensaciones siguen sin ser nada buenas y me asusta bastante la situación con sólo unos 40km hechos.
Se va yendo en la lejanía y solo me queda mantenerme firme con mi ritmo, comiendo y bebiendo a la perfección, asimilando como me gusta.


Hacia el km80 veo como ya casi se me echan encima el alemán, a la postre vencedor, Peter Seidel que se trae con el a Estrangeiro. Aprovecho y levanto el pie uno o dos kilómetros hasta que me alcanzan y decido unirme a la fiesta, no puedo ser conformista, no va con mi naturaleza...
Seidel tira, asume o sencillamente nosotros le dejamos la responsabilidad, el nos ha cogido al fin y al cabo... Su ritmo no me estresa en exceso, es más, me despierta, me hace cambiar el chip, entrar en juego... y tras ellos cogemos a Paquillo antes del giro del km90.

Fue dar el giro y Seidel decide que aquí somos muchos... Impone un ritmo en el que Paquillo y el portugués deciden levantar el pie o simplemente no lanzarse al vacío...
No soy capaz de no pagar el billete de ese tren, me encuentro muy bien ahora y le sigo aún forzando por encima de lo que creo que debo porque empiezo a respirar hondo...noto calor en las piernas, no “quemazón” , ahora dolor pero a la vez fuerza... unos quince eternos minutos de máxima concentración por mantener esa distancia necesaria pensando que en algún momento tenía que acabar esa “serie”. La serie terminó...pero se sucedieron otras tantas que soporté porque mi ilusión era máxima por meterme en la pomada, no quería por nada del mundo otro Ironman mediocre, era el todo o nada...

Me monto mi película... “Inspiración Kienle” (Campeón del Mundo Hawai 2014), cuando al dar el giro en Hawi se lanzó a por su victoria...

Cada cruce con Patri es como una onda de fuerza a mi interior, quería que me viera entero, peleando la carrera. 

El viento ahora si pega con fuerza, demasiado rápido a favor... la última ida se hará más dura pero la vuelta será mucho más favorable.
Al giro del km120 veo como Andi Fuchs se nos va echando encima a un ritmo demoledor. Solo espero que Seidel no decida ir detrás cuando nos alcance. Fuchs nos pasa tremendo, Seidel hace el amago pero veo inteligencia en el, deja que se marche y yo respiro aliviado de que así sea.

A partir de aquí me dejo guiar por mi referencia en este Ironman, Seidel, mi tren... siento no relevarle ni una vez pero no lo veía, sabía que el tenía un punto más y sabía que había ido muchos momentos por encima de lo que tenía que ir, estaba en mi lugar y en el mejor sitio y posición que podía estar, no era momento de arriesgar en absoluto.
En los últimos 30km Seidel baja el ritmo numerosas veces, estirando la espalda y piernas y yo hago exactamente lo mismo que el. Veo que me he comido todo lo estipulado en la bici sin problema y comienzo a saber que puedo correr y sacar esto adelante como merece el día.
Seidel se me escapa al final unos 40” de un último tirón que yo no doy, hago mi transición y a correr tras 4h41´.

42km de carrera a 4 vueltas de 10,5 km repletas de un público entregado...

Voy cuarto con Potrebitsch a unos 13´ y Fuchs a unos 8´ por delante, parece que inalcanzables.
Primeros kilómetros entumecido en los que poco a poco me voy soltando, tratando de buscar la máxima comodidad. Gonzalo me pregunta que tal..., pues a ver como se da...

Veo como recorto a Seidel y por momentos creo que el podium lo tengo a tiro pero cuando le alcanzo se une a mi ritmo y no cede. Intercambiamos unas palabras de ánimo y reconocimiento, como distendiendo el momento en el que no queremos aún forzar y podemos hablar con cierta soltura.

Sobre el km7 veo que el ritmo lo impone el, un ritmo que se me antoja demasiado arriesgado a estas alturas. El público me anima sin parar pero mi cuerpo no me pide ir con el, mi mente se mantiene calmada y cada zancada que doy se aleja unos centímetros...estoy trabajando mi carrera y mis posibilidades son las que creo que son ahora mismo.

Trato de asentar estómago y no embotarme de nada pero si comer y beber casi sin parar.
Los avituallamientos cada 2 Km aproximadamente ayudan una barbaridad a mantenerte concentrado en ello y todo va sobre ruedas colocado en mi cuarto puesto y haciendo mi carrera “perfecta”.

Sobre el km15 las piernas no van como me gustaría a estas alturas, estoy perdiendo esa elasticidad tan buena del principio y comienzo a tener esas malditas dudas que rondan la cabeza.
Vamos Iván que esta carrera no va a ser peor que la del Titán... esto es llano, déjate llevar hacia delante...observa cuanta gente hay ahí corriendo contigo...busca esa fuerza...

Fuerza obtuve al coincidir corriendo con el local Vicente Palones, fue otro buen momento, el llevaba una vuelta menos que yo pero un ritmo como el mío, flipé cuando me dijo que era su primer Ironman...ejemplo de valentía...

Empiezo a coger a Patri, verla a lo lejos me da otro plus, coger su mano al pasarla me da la vida...
No estoy pasando pasando por un buen momento, el dolor de piernas es muy fuerte pero lo que no me gusta nada es el bloqueo muscular que me impide correr...

Por delante Potrebitsch va lejos pero su paso no es nada bueno, su cara tampoco... Fuchs casi diría que va peor y el público me grita sin parar que por delante están sufriendo...pero yo ahora mismo también...solo intento buscar la estrategia para salir de ésta y no tirar la carrera por la borda.
Mi motor está perfecto y tiro de el como puedo asentando mis piernas a ese bloqueo que te pega al suelo... tengo que parar un momento... soltar, estirar unos segundos, vamos no pasa nada, un poco de trote suave, estás viendo ya a Fuchs en la lejanía, va ser tuyo si o SI.

Sobre el km28 el dolor se hace latente de verdad pero el motor está a tope de caballos y la mente se come el mundo... Iván, menos de una hora de carrera, Fuchs es tuyo y serás tercero... A por él y hasta meta sin contemplaciones... “Como un coche de trescientos caballos con dos ruedas pinchadas” le paso tras su grito de: “Oh my God!” y me lanzo adelante a todo lo que puedo. Todo a mi alrededor se vuelve borroso y solo queda un túnel por delante con la luz de meta al fondo. La concentración sobre mi cuerpo es máxima, vigilando toda señal de advertencia ante una posible rotura muscular o sensación de debilidad.
Los ánimos del público de Gandía son bestiales, Bea, Gonzalo...aunque todo está como de fondo. Alcanzo a oir que Potrebitsch va mal sobre unos 2´ por delante pero yo solo puedo correr a lo que estoy corriendo, nada más.


Busco esa bici que acompaña al segundo en la lejanía con ansia y la diviso a falta de unos 6km, creo que el segundo puesto es mío y una inmensa alegría mezclada con paz dentro de esta guerra recorre mi cuerpo. Tengo el cuádriceps derecho muy mal, paro, estiro sin quitar el punto de mira sobre Potrebitsch y arranco de nuevo para hacer mi último esfuerzo con una mezcla de inmensa alegría, lágrimas, rabia y dolor por un paseo marítimo abarrotado de público que hacía que no pudiera dejar de correr a lo que podía preguntándome a mi mismo que por qué no levantaba ya el pie.

Durante el pasillo de meta tu alegría se intensifica al mezclarse con la alegría de toda la gente que está ahí, de toda tu gente que, a kilómetros también está ahí y se suceden momentos únicos en que la vida se detiene y que valen mucho más que todo ese sufrimiento pasado, mucho más que cualquiera de esos días que te planteas por qué haces lo que haces y sigues y sigues a pesar de todos los obstáculos y malas sensaciones.



Al final soy segundo con 8h39´03”, pero en el fondo da igual eso, en el fondo se que lo dí todo endulzado por la sensación de que en un futuro puedo dar más y me vencí, vencí a un reto y a una distancia que, si bien crucé su meta en otras ocasiones, no lo hice con el dominio de ésta última y ésto es lo que se llama superarte a ti mismo, y en otras palabras, sentirte GANADOR.



Pero aún falta Patri...mi carrera no acaba hasta que ella llegue. Recojo mis cosas y llamo a Bea para ver por donde va. Aún me da tiempo a verla antes de la entrega de premios y andando como puedo llego hasta el tramo del espigón. No lleva buena cara pero sé que lo va a conseguir, es fuerte de narices...
En meta ya solo toca esperar su llegada mordiéndome las uñas. Y allí está, su tercer Ironman conseguido con una notable mejoría y muchísimos ases que sacar aún. Un hormigueo me recorre todo el cuerpo y solo me dan ganas de abrazarla...



Dar las gracias a una organización impecable por hacernos sentir los protagonistas, estar a todo, poner el cien por cien, hacer que no faltara de nada (servicio mecánico, avituallamientos completos y de sobra, masaje, meta y post meta compartidos con familiares, speeker que es todo un crack...) y conseguir que este día fuera uno de los más especiales para nosotros. 

Dar las gracias a todo el público de Gandía y Comunidad Valenciana que me dio las alas más grandes para volar a la cima.
Dar las gracias y la enhorabuena al vencedor, el gran Peter Seidel por ser mi tren y mi guía en este Ironman.

Dar las gracias al apoyo de Aquaslava +Ktri, mi club y tienda de Antequera, Rudy Projet, Taymory, Aquaman, Medilast y por supuesto a Gease Asesores de La Roda, Talleres Ramírez de Almargen, el mejor dentista Crooke y Laguna y La Dieta del Chef a cargo del dietista en Fuengirola Francisco Jaime con el que he aprendido muchísimo, ellos y todos los que saben que estuvieron ahí.

Dar las gracias a mi hermano Sergio por apretarme las tuercas y darme la mejor compañía en muchos entrenamientos duros, a mi madre que si no es por ella no estaría donde estoy, a mis entrenados a los que hago "sufrir" con esas semanas de entrenamiento pero que luego sois mi ejemplo de superación, al “TjT” porque son apoyo y motivación constante, a Paco Vena, por sus charlas y ánimos cuando más los necesité, a...todos los que pusisteis un solo grano de arena y sabéis quien sois y por supuesto a Patricia Bueno que es el motor de mi vida.

Seguimos, aún quedan cosas por hacer...Road to Kona...