
Este año el cansancio de la temporada se hizo notar y me tocó sufrir, me tocó sentir al cien por cien su dureza, sentir que el cuerpo no te responde y tener que obligar a la mente a trabajar a tope para seguir…pero este Triatlón sin duda lo merece y sentía que debía estar ahí.Nadar en el embalse no tiene precio, subir el puerto de Las Palomas disfrutando a tope, todavía con las fuerzas intactas tampoco, ni tampoco llegar a la última cuesta de Zahara sintiendo la meta y el calor del público. Sin duda el 4 de Octubre mi sitio estaba en el TITAN.
De nuevo la organización excelente, con un grandísimo trato al triatleta, ofreciéndonos una tarde del viernes muy agradable en el albergue de Algodonales con la reunión técnica, charla sobre el recorrido de bici, clase de introducción al Chi-Kung (parecido al Tai-Chi) y cena de la pasta viendo un reportaje del Ironman de Hawai. Una tarde muy recomendable que no se debe perder.
El Sábado comienza la aventura, no me cuesta levantarme y tengo ganas de SENTIR triatlón, de disfrutar cada segmento sin más preocupación. Unas risas en los boxes y camino del agua, todos enfundados en nuestros neoprenos, siguen haciendo el ambiente agradable. Salida desde el agua, allá vamos. Empiezo tranquilo desde un lateral y poco a poco voy cogiendo ritmo. El giro de la primera boya lo doy a la par con, supongo que es, Javier Barragán. Aprieto fuerte, quiero irme solo, nadar en solitario y sentir mi brazada, mi ritmo. Ahora si, brazada larga, deslizo, a gusto…disfruto.
Transición larga con una buena cuesta hasta boxes pero sin dejar de sonreir y ser consciente de los ánimos de la gente que me rodea.
Vamos a por Las Palomas, imponente puerto, con sus curvas, con el embalse a tus pies, aún sigue siendo mi preferido. Subo sonriendo cada ánimo y cada aliento de las personas que me animan. Recreándome con las vistas y sintiendo cada pedalada, redonda, bien hecha, con ritmo constante y sin atrancarme. Veo la cima y no quiero que termine, es buena señal. En la zona de sube baja noto que no cojo ritmo, voy a tirones y no me encuentro nada cómodo acoplado, en fin, no quiero cebarme.
Me cantan entre 2 y 3´ con Villaescusa que viene recortando. Empiezo a asumir que me va a pillar, aún así prefiero que lo haga cuanto más tarde mejor, ahora concentración. Me alcanza a la vez que empieza el Boyar. Decido seguirle y arriesgar a pesar de que su ritmo es mejor que el mío, no quería que se me fuese la carrera tan fácilmente y perder la ilusión de ganar como el año pasado. Subo a veces cómodo, a veces pasándolo muy mal, rachas buenas y rachas malas.
Trato acomodarme al ritmo impuesto por Villaescusa en la medida de lo posible, aunque veo en el pulso que muchas veces voy un poco por encima de lo que debería. Es lo que hay, me mentalizo de que hoy toca sufrir y de aquí hasta donde llegue. Aguanto bien y corono cerca de él. A pesar de que baja muy rápido le mantengo la bajada hasta comenzar las palomitas, mis queridas palomitas, unos 3km muy duros poco después del Boyar, uno de los puntos críticos para mí. El año pasado me hicieron daño, pero este año acabaron conmigo.
Mis piernas dijeron basta, apenas podía mover el 25, veo 10 km/h, me he quedado clavado, Villaescusa se me va y en las últimas rampas empiezo a marearme. Un buen bajón, no puedo con las piernas y aún queda la media maratón, ahora toca poner en funcionamiento el coco, hay que salir de esta, ahora empieza el TITAN.
Al llegar arriba tengo que frenarme un poco, lo he dado todo por intentar mantener el ritmo. Suelto las piernas como puedo y comienzo la bajada, concentrado en cada curva y a la vez tratando de bajar el pulso todo lo que puedo para recuperar. Quiero seguir en carrera, quiero seguir intentándolo en la carrera a pie. Hago una buena bajada, me cantan 1´15 con respecto a Villaescusa, no es tanto.
Empiezo la carrera tranquilo, es lo único que podía hacer porque las sensaciones eran muy malas. Miriam y Patri me animan a tope, gracias! En la bajada de la presa intento soltar y acomodarme aún sabiendo que estaba perdiendo tiempo pero nada, el pulso va alto, tengo sed, el estómago va regular y las piernas apenas responden a un trote.
Esto viene “Recio”, lo sé, ahora hay que llegar. En la subida a Algodonales empiezo a andar, me es imposible correr y tengo muchísima sed. Hay que recuperar un poco, como sea si quiero llegar a meta. Vuelvo a correr, sintiendo el público de Algodonales. Tomando referencias en el giro, veo que Villaescusa se me ha ido definitivamente y solo espero que la ventaja en bici haya sido suficiente y que el tercero vaya lejos.
Avituallamiento por fin, agua y una botella de aquarius bien frío que me lo voy bebiendo poco a poco. Me da la vida y vuelvo a correr medianamente un buen rato. Animo como puedo a algunos que pasan de ida y a Antonio García, ¡Venga Antonio, a por ellos! Me hace ilusión verle en el podium.
Pero de nuevo me voy desinflando, las piernas no se despegan del suelo, necesito más bebida y la subida a la presa acaba definitivamente conmigo. Creo que ha faltado un avituallamiento más, es mi única pega de este año.
A partir de aquí solo me queda arrastrarme como puedo, andar, y al recuperar un poco, correr de nuevo, ya no hay más, la temporada acabó, solo quiero llegar y no hay otra cosa en mi cabeza que la meta de Zahara y sentirme orgulloso de haber podido con esto.
Llego como puedo a la última subida del pueblo, ya está aquí la meta. No sonrío tanto como el año pasado pero la satisfacción es grande, pude con ello, la gente aplaude en la plaza y solo me queda agradecerles sus ánimos.
Abrazo con el campeón, ENHORABUENA, Francisco José Villaescusa, un gran premio a tu carrera deportiva. Disfrútalo porque ganar el Titán te hace amar aún más este deporte y más la larga distancia.
Y llega Antonio! Compañero de equipo, mi referencia desde siempre en Andalucía y una persona admirable, remontando con una carrera a pie espectacular y subiendo a un podium que sin duda se merece.

Mis felicitaciones también a Chris Walker, un veterano que sigue dando muchísima guerra ocupando las primeras posiciones, a las chicas que lo han logrado, Nieves con tu primer larga distancia y el podium con Ariadna Tudel, Beatriz Jiménez (grandísima temporada) y Amelia Torrego.
Y sin duda alguna a todos los TITANES que llegaron a meta a pesar de no pasar el corte, a pesar de saber que llegarían sin dorsal, ellos siguieron y cruzaron esa meta, ellos si que son TITANES.
Gracias de nuevo a Patri por mantener mi cabeza intacta con sus ánimos, y gracias por los ánimos de Miriam Gómez y de Manu del Triatlón Jerez, dándome además algunas referencias.
Y felicidades a la organización, no dejéis de luchar nunca por esta prueba y darnos la oportunidad del reto de cruzar de nuevo esa meta, de ser un TITAN.