“LÍMITES:
Pasión y límites, ir a tope, darlo todo y por otra parte saber
cuando mantener el ritmo, incluso cuando descansar. Conocer tus
límites sin ponerte límites.
¿Hasta
dónde puedes llegar antes de que no puedas más?
¿Cuánto
puedes arriesgar sin desfallecer?
Conoce
lo que puedes hacer y hazlo tan bien cómo puedas, pero también
conoce lo que no puedes hacer, entonces muévete y saca lo mejor de
ti”
Mi
última reflexión clavó exactamente el resumen de carrera de este
Ironman. No he entrenado cómo ni cuánto quise pero por otro lado, en
él pude sacar todo lo acumulado, el trabajo y los traspiés que
tanto dolieron en estos 3 años sobre esta distancia así como lo mejor de mi
en este día.
Cumplir
un objetivo por el que tanto peleaste es una de las cosas que más
llenan en la vida, así que,
¿A qué estás esperando para preparar
tu próxima meta? Yo ya estoy manos a la obra...
Uno de los peores momentos, gracias Jaime Menéndez
Ciertamente
este verano ha sido duro de verdad, trabajando con calor las tardes
de piscina, entrenando con más calor, con malas sensaciones, pájaras
y supervivencia en algunos entrenos por el querer y “no poder” o
“no deber”, resultados mediocres en competiciones... solo los
entrenamientos en Sierra Nevada y el apoyo de los que estuvisteis
compartiendo aquellos días de fin de semana, al menos, mantenían mi
forma por lo menos con esperanza... Un verano en el que hubo un día
que casi tiro la toalla...derretido y desfallecido por el bochorno,
la impotencia y el cansancio, pero allí estuvo Patri para avisarme
que no tenía que ser así...y por supuesto mi madre que no ha parado
en todo el verano de tratar de buscar solución y estar ahí. Gracias
de nuevo.
En
este viaje salieron bastantes cosas torcidas, como la avería del
coche en viaje de ida, el tubular de Patri pinchado por la noche con
el consiguiente estrés por la mañana, mi pulsómetro se estropeó...
pero si así ha sido para que saliera la carrera que salió, lo firmo
de nuevo.
Por
otro lado la inestimable compañía de Bea, la hermana de Patri, y su
pareja Gonzalo, hicieron que todo fuera más fácil y fueron un apoyo
cercano que creo importantísimo en este tipo de pruebas. Gracias de
nuevo.
El
día, aún sin amanecer, comenzaba con un mensaje de la organización
avisando que el tubular de una de las ruedas de Patri estaba
pinchado, tocaba ponerse las pilas y estar al loro desde primera
hora. Por suerte el servicio de mecánicos con el que contaba la
prueba en boxes solucionaron el problema y ya solo tocaba
concentrarse en lo que había por delante.
Para
empezar un amanecer espectacular desde la playa de salida nos daba la
bienvenida mientras esperábamos la hora del comienzo enfundados en
nuestros neoprenos.
El
mar es casi un plato, 3800m a una vuelta con entrada por el puerto nos esperaban como aperitivo.
La salida es bastante limpia hacia mar abierto.
Salgo fuerte pero no a sprint, dejo hacer...Paquillo Fernández y
Potrebitsch abren camino y ponen ritmo, a sus pies voy yo con el
portugués Estrangeiro. Sensaciones malas y forzando sin avanzar como
me gusta en los comienzos, 10-15´ en los que incómodo solo quiero
que termine el agua...
Estrangeiro noto que va sucumbiendo al ritmo y
se va despegando, esto no pinta bien y decido apretar los dientes
para volver a enganchar cabeza. Le paso y tras “acomodarme”
durante unos minutos las sensaciones aparecen y de ahí hasta el
final el control de todo es mio y disfruto.
Sigo
a pies, pero al poco de salir mis acompañantes se confunden en una
boya y su pequeña rectificación hace que yo salga primero del agua.
49 minutos, uno y medio de transición y estamos sobre la bici para hacer 180km a tres
vueltas de 30km de ida y 30km de vuelta.
Paquillo
hace una transición muy buena y sale en cabeza sobre las dos ruedas, Potrebitsch unos
segundos tras de mi que enseguida me los coge y se lanza directo a
romper los pedales. Veo como pasa a Paquillo con facilidad y se
marcha en la lejanía... El pulsómetro/gps no arranca...solo me
quedan esas sensaciones más que entrenadas porque esta vez no tendré “la
chuleta”... solo mi reloj de mano y las vueltas.
Marco
el ritmo por detrás de Paquillo estos primeros kilómetros en los
que voy como frío, las piernas queman y el pulso noto que va bajo.
Trato de ponerme a ritmos establecidos entrenados, a sensaciones... y
acabo colocándome en segunda posición con Paquillo cogiendo mi
ritmo a distancia.
Bebo
buches muy pequeños y no como aún mucho, ligeros bocaditos más
de sólido, es lo que me apetece, dejo asentar el estómago hasta
notar ese puntito, pero muy ligero, de hambre.
Sensaciones
de dolor de piernas, quemazón constante...mi cabeza da vueltas a la
situación, solo queda seguir y pensar que de pulso voy en mi sitio o
por debajo.
Al
dar el primer giro bien medido (que así me dijeron) veo que de
tiempo/ritmo voy en mi onda así que tranquilo y a seguir. El viento
es flojo por ahora.
De
vuelta torpeo en una rotonda y al rectificar me pasa Paquillo y
empieza a tirar el.
Le
mantengo la distancia aunque noto como aprieta, o eso creo, pero las
sensaciones siguen sin ser nada buenas y me asusta bastante la
situación con sólo unos 40km hechos.
Se
va yendo en la lejanía y solo me queda mantenerme firme con mi
ritmo, comiendo y bebiendo a la perfección, asimilando como me
gusta.
Hacia
el km80 veo como ya casi se me echan encima el alemán, a la postre
vencedor, Peter Seidel que se trae con el a Estrangeiro. Aprovecho y
levanto el pie uno o dos kilómetros hasta que me alcanzan y decido
unirme a la fiesta, no puedo ser conformista, no va con mi
naturaleza...
Seidel
tira, asume o sencillamente nosotros le dejamos la responsabilidad,
el nos ha cogido al fin y al cabo... Su ritmo no me estresa en
exceso, es más, me despierta, me hace cambiar el chip, entrar en
juego... y tras ellos cogemos a Paquillo antes del giro del km90.
Fue
dar el giro y Seidel decide que aquí somos muchos... Impone un ritmo
en el que Paquillo y el portugués deciden levantar el pie o
simplemente no lanzarse al vacío...
No
soy capaz de no pagar el billete de ese tren, me encuentro muy bien
ahora y le sigo aún forzando por encima de lo que creo que debo
porque empiezo a respirar hondo...noto calor en las piernas, no
“quemazón” , ahora dolor pero a la vez fuerza... unos quince
eternos minutos de máxima concentración por mantener esa distancia
necesaria pensando que en algún momento tenía que acabar esa
“serie”. La serie terminó...pero se sucedieron otras tantas que
soporté porque mi ilusión era máxima por meterme en la pomada, no
quería por nada del mundo otro Ironman mediocre, era el todo o
nada...
Me
monto mi película... “Inspiración Kienle” (Campeón del Mundo
Hawai 2014), cuando al dar el giro en Hawi se lanzó a por su
victoria...
Cada
cruce con Patri es como una onda de fuerza a mi interior, quería que
me viera entero, peleando la carrera.
El viento ahora si pega con
fuerza, demasiado rápido a favor... la última ida se hará más
dura pero la vuelta será mucho más favorable.
Al
giro del km120 veo como Andi Fuchs se nos va echando encima a un
ritmo demoledor. Solo espero que Seidel no decida ir detrás cuando
nos alcance. Fuchs nos pasa tremendo, Seidel hace el amago pero veo
inteligencia en el, deja que se marche y yo respiro aliviado de que
así sea.
A
partir de aquí me dejo guiar por mi referencia en este Ironman,
Seidel, mi tren... siento no relevarle ni una vez pero no lo veía,
sabía que el tenía un punto más y sabía que había ido muchos
momentos por encima de lo que tenía que ir, estaba en mi lugar y en
el mejor sitio y posición que podía estar, no era momento de
arriesgar en absoluto.
En
los últimos 30km Seidel baja el ritmo numerosas veces, estirando la
espalda y piernas y yo hago exactamente lo mismo que el. Veo que me
he comido todo lo estipulado en la bici sin problema y comienzo a
saber que puedo correr y sacar esto adelante como merece el día.
Seidel
se me escapa al final unos 40” de un último tirón que yo no doy,
hago mi transición y a correr tras 4h41´.
42km de carrera
a 4 vueltas de 10,5 km repletas de un público entregado...
Voy
cuarto con Potrebitsch a unos 13´ y Fuchs a unos 8´ por delante,
parece que inalcanzables.
Primeros
kilómetros entumecido en los que poco a poco me voy soltando,
tratando de buscar la máxima comodidad. Gonzalo me pregunta que
tal..., pues a ver como se da...
Veo
como recorto a Seidel y por momentos creo que el podium lo tengo a
tiro pero cuando le alcanzo se une a mi ritmo y no cede.
Intercambiamos unas palabras de ánimo y reconocimiento, como
distendiendo el momento en el que no queremos aún forzar y podemos
hablar con cierta soltura.
Sobre
el km7 veo que el ritmo lo impone el, un ritmo que se me antoja
demasiado arriesgado a estas alturas. El público me anima sin parar
pero mi cuerpo no me pide ir con el, mi mente se mantiene calmada y
cada zancada que doy se aleja unos centímetros...estoy trabajando mi
carrera y mis posibilidades son las que creo que son ahora mismo.
Trato
de asentar estómago y no embotarme de nada pero si comer y beber
casi sin parar.
Los
avituallamientos cada 2 Km aproximadamente ayudan una barbaridad a
mantenerte concentrado en ello y todo va sobre ruedas colocado en mi
cuarto puesto y haciendo mi carrera “perfecta”.
Sobre
el km15 las piernas no van como me gustaría a estas alturas, estoy
perdiendo esa elasticidad tan buena del principio y comienzo a tener
esas malditas dudas que rondan la cabeza.
Vamos
Iván que esta carrera no va a ser peor que la del Titán... esto es
llano, déjate llevar hacia delante...observa cuanta gente hay ahí
corriendo contigo...busca esa fuerza...
Fuerza obtuve al coincidir corriendo con el local Vicente
Palones, fue otro buen momento, el llevaba una vuelta menos que yo
pero un ritmo como el mío, flipé cuando me dijo que era su primer
Ironman...ejemplo de valentía...
Empiezo
a coger a Patri, verla a lo lejos me da otro plus, coger su mano al
pasarla me da la vida...
No
estoy pasando pasando por un buen momento, el dolor de piernas es muy
fuerte pero lo que no me gusta nada es el bloqueo muscular que me
impide correr...
Por
delante Potrebitsch va lejos pero su paso no es nada bueno, su cara
tampoco... Fuchs casi diría que va peor y el público me grita sin
parar que por delante están sufriendo...pero yo ahora mismo
también...solo intento buscar la estrategia para salir de ésta y no
tirar la carrera por la borda.
Mi
motor está perfecto y tiro de el como puedo asentando mis piernas a
ese bloqueo que te pega al suelo... tengo que parar un momento...
soltar, estirar unos segundos, vamos no pasa nada, un poco de trote
suave, estás viendo ya a Fuchs en la lejanía, va ser tuyo si o SI.
Sobre
el km28 el dolor se hace latente de verdad pero el motor está a tope
de caballos y la mente se come el mundo... Iván, menos de una hora
de carrera, Fuchs es tuyo y serás tercero... A por él y hasta meta
sin contemplaciones... “Como un coche de trescientos caballos con
dos ruedas pinchadas” le paso tras su grito de: “Oh my God!” y
me lanzo adelante a todo lo que puedo. Todo a mi alrededor se vuelve
borroso y solo queda un túnel por delante con la luz de meta al
fondo. La concentración sobre mi cuerpo es máxima, vigilando toda
señal de advertencia ante una posible rotura muscular o sensación
de debilidad.
Los
ánimos del público de Gandía son bestiales, Bea, Gonzalo...aunque
todo está como de fondo. Alcanzo a oir que Potrebitsch va mal sobre
unos 2´ por delante pero yo solo puedo correr a lo que estoy
corriendo, nada más.
Busco
esa bici que acompaña al segundo en la lejanía con ansia y la
diviso a falta de unos 6km, creo que el segundo puesto es mío y una
inmensa alegría mezclada con paz dentro de esta guerra recorre mi
cuerpo. Tengo el cuádriceps derecho muy mal, paro, estiro sin quitar
el punto de mira sobre Potrebitsch y arranco de nuevo para hacer mi
último esfuerzo con una mezcla de inmensa alegría, lágrimas, rabia
y dolor por un paseo marítimo abarrotado de público que hacía que
no pudiera dejar de correr a lo que podía preguntándome a mi mismo
que por qué no levantaba ya el pie.
Durante
el pasillo de meta tu alegría se intensifica al mezclarse con la alegría de toda
la gente que está ahí, de toda tu gente que, a kilómetros también
está ahí y se suceden momentos únicos en que la vida se detiene y
que valen mucho más que todo ese sufrimiento pasado, mucho más que
cualquiera de esos días que te planteas por qué haces lo que haces
y sigues y sigues a pesar de todos los obstáculos y malas
sensaciones.
Al
final soy segundo con 8h39´03”, pero en el fondo da igual eso, en
el fondo se que lo dí todo endulzado por la sensación de que en un
futuro puedo dar más y me vencí, vencí a un reto y a una distancia
que, si bien crucé su meta en otras ocasiones, no lo hice con el
dominio de ésta última y ésto es lo que se llama superarte a ti
mismo, y en otras palabras, sentirte GANADOR.
Pero aún
falta Patri...mi carrera no acaba hasta que ella llegue. Recojo mis
cosas y llamo a Bea para ver por donde va. Aún me da tiempo a verla
antes de la entrega de premios y andando como puedo llego hasta el
tramo del espigón. No lleva buena cara pero sé que lo va a
conseguir, es fuerte de narices...
En
meta ya solo toca esperar su llegada mordiéndome las uñas. Y allí
está, su tercer Ironman conseguido con una notable mejoría y
muchísimos ases que sacar aún. Un hormigueo me recorre todo el
cuerpo y solo me dan ganas de abrazarla...
Dar
las gracias a una organización impecable por hacernos sentir los protagonistas,
estar a todo, poner el cien por cien, hacer que no faltara de nada (servicio mecánico, avituallamientos completos y de sobra, masaje, meta y post meta compartidos con familiares, speeker que es todo un crack...) y conseguir que este día fuera uno de los
más especiales para nosotros.
Dar
las gracias a todo el público de Gandía y Comunidad Valenciana que
me dio las alas más grandes para volar a la cima.
Dar las gracias y la enhorabuena al vencedor, el gran Peter Seidel por ser mi tren y mi guía en este Ironman.
Dar
las gracias al apoyo de Aquaslava +Ktri, mi club y tienda de
Antequera, Rudy Projet, Taymory, Aquaman, Medilast y por supuesto a
Gease Asesores de La Roda, Talleres Ramírez de Almargen, el mejor
dentista Crooke y Laguna y La Dieta del Chef a cargo del dietista en
Fuengirola Francisco Jaime con el que he aprendido muchísimo, ellos y
todos los que saben que estuvieron ahí.
Dar
las gracias a mi hermano Sergio por apretarme las tuercas y darme la
mejor compañía en muchos entrenamientos duros, a mi madre que si no
es por ella no estaría donde estoy, a mis entrenados a los que hago "sufrir" con esas
semanas de entrenamiento pero que luego sois mi ejemplo de
superación, al “TjT” porque son apoyo y motivación constante, a
Paco Vena, por sus charlas y ánimos cuando más los necesité,
a...todos los que pusisteis un solo grano de arena y sabéis quien
sois y por supuesto a Patricia Bueno que es el motor de mi vida.
Seguimos,
aún quedan cosas por hacer...Road to Kona...